Opinión
El derecho a la salud o la salud de la derecha
Para el autor de esta columna, "votar por el derecho a la salud es elegir el camino de la solidaridad y de la inclusión social… votar por la salud de la derecha es aceptar que la salud se convierta en una mercancía regulada por el mercado".
Por Ramiro Huber (*)
Este juego de palabras expresa en realidad un dilema que cada ciudadano deberá resolver en las urnas a conciencia y con responsabilidad. Votar por el derecho a la salud es elegir el camino de la solidaridad y de la inclusión social… votar por la salud de la derecha es aceptar que la salud se convierta en una mercancía regulada por el mercado. ¿Qué proponen los sanitaristas que conforman el equipo técnico de Javier Milei? Intentarán que cada Provincia adhiera y desarrolle un modelo de Seguro de Salud, promoviendo la competencia abierta entre hospitales y clínicas privadas por aquellas personas que hoy no tienen cobertura de la seguridad social y que tendrían una tarjeta magnética o un voucher con el cual podrían atenderse donde prefieran (financiamiento por subsidio a la demanda). Lo que aún no está claro en este modelo es hasta qué servicios o prácticas se cubrirían y qué gastos en salud deberán ser afrontados por el enfermo. Tampoco se menciona la necesidad de homogeneizar la situación sanitaria dispar entre las provincias argentinas, con lo que podemos suponer mayores diferencias en los resultados sanitarios según donde nazca y viva cada argentino.
Un modelo de Seguro Público de Salud no es una mala idea en sí misma, y puede ser una útil herramienta de gestión, siempre y cuando cumpla por lo menos con las siguientes premisas: que sea universal (que nadie quede excluido), integral (que asegure todos los servicios que el paciente necesite) y sustentable (que no se recorten servicios por falta de financiamiento), que fomente la cooperación y no la competencia.
A la idea del Seguro, los técnicos libertarios agregan (fieles a su compromiso con el Mercado) la libertad de competencia entre obras sociales sindicales y empresas de medicina prepaga, lo que supone el “descreme” de la Seguridad Social en donde quedarían de pie las organizaciones que capten a los aportantes más jóvenes, sanos y con buenos salarios, condenando a problemas de cobertura para la población de las obras sociales “perdedoras”. Amparándose en la continua intervención estatal del PAMI, proponen la “lenta agonía” o la “rápida extinción” de la obra social de los jubilados, en lugar de procurar su normalización institucional conforme a lo que dicta la Ley de su creación.
Por último, poco aún se les escuchó decir de lo que significa el impacto sobre la salud de la comunidad que tienen los determinantes sociales de la salud/enfermedad y del efecto del medio ambiente… Todos componentes de la salud pública que van más allá de la atención médica de la enfermedad. ”Se gasta demasiado” dicen los responsables técnicos libertarios… y con esa frase desnudan su modelo sanitario: recorte, ajuste, competencia, mercado, enfermedad, individualismo. Votemos por nuestros hospitales públicos, por una salud integral, fomentemos la participación social, garanticemos la atención de las necesidades en base a la solidaridad y la equidad, más salud colectiva, cooperación en lugar de competencia; humanismo y generosidad. De todos nosotros dependerá el tipo de sociedad que construiremos para el futuro de nuestros hijos.
(*) Profesional de la salud graduado con diploma de honor de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), especialista en Medicina General y Familiar y Magíster en Salud Pública; jefe de Trabajos Prácticos en la Cátedra de Medicina y Sociedad en la UNR, docente en la Maestría de Salud Pública, profesor adjunto de la Universidad del Gran Rosario y director y evaluador de numerosas tesinas; secretario de Salud, subsecretario en Gestión de Procesos de Trabajo y subdirector de Entes Comunitarios de la provincia de Santa Fe, y subdirector del Hospital Provincial de Rosario.