Todo por el suelo
Maíz en problemas: primero la chicharrita y luego el fuerte viento
Un productor de San Carlos Sur sufrió el vuelco de maíces de segunda afectados por spiroplasma. Aunque estimó que el rinde ya era muy bajo, intentará trillarlo igual para medir con precisión el daño de la plaga.
El fuerte viento que cruzó la provincia de Santa Fe el miércoles 8 de mayo fue el golpe de gracia para maíces de segunda afectados por el spiroplasma en la zona de San Carlos. Esta tendencia al vuelco se había comprobado como otro efecto de la enfermedad hacia fines de marzo, cuando una situación similar afectó miles de hectáreas en el oeste santafesino.
Ernesto Stettler relató a Campolitoral que las fuertes ráfagas le tumbaron un lote de 82 hectáreas de maíz de segunda destinado a grano en San Carlos Sur. “No es muy común, el maíz se defiende mucho ante el viento cuando la planta está sana”, sostuvo.
Cuarta generación de productores, Stettler se dedica a la cosecha de grano, actividad que inició su tatarabuelo a comienzos del siglo XX; y también continúa con el tambo que fundó su abuelo en la década de 1940.
“Nunca habíamos sembrado maíz de segunda”, comentó. Hasta que esta campaña la falta de humedad les impidió implantar en tiempo y forma el maíz de primera y no tuvieron más alternativa que destinar algunos lotes al tardío. El potrero afectado se terminó de sembrar a fines de enero y resultó fuertemente afectado por la chicharrita.
El productor describió el fuerte impacto que tuvo la plaga al mencionar la diferencia de rindes de silo que logró con un mismo híbrido, sembrado en dos fechas diferentes. En lotes tempranos, implantados el 20 de octubre, obtuvo 11 metros de bolsa por hectárea. Mientras que donde sembró el 2 de enero “no llegaba a 4 metros, la caída fue tremenda”.
En el lote que ahora le tumbó el viento, destinado a grano, comentó que se perdió al menos 70/80% de rinde. El cálculo lo hizo en base a los escasos granos que tienen las espigas. Y explicó que, como tiene máquina propia, quiere trillarlo con fines estadísticos para cotejar con los casi 100 qq/ha que logró con maíces de primera que no fueron afectados por la chicharrita.
“Ahora que se cayó no se si lo vamos a poder juntar”, advirtió. Primero lo intentará con un cabezal maicero o con una plataforma vieja para ponerle a la cosechadora. “Porque así como está caído, a la plataforma de lona de las máquinas nuevas las destruye; y por ahí es más la pérdida por una rotura que lo que se pueda cosechar de maíz”, aclaró.