Mensaje tranquilizador
La apertura exportadora no haría subir el precio de la carne
En cambio, desde la industria frigorífica consideraron posible un incremento por el faltante de animales que dejó la sequía. Aunque quedó demostrado que la caída del poder adquisitivo de los consumidores es un freno, tanto para la hacienda como en el mostrador.
(Por Juan Manuel Fernández) - La apertura total para exportar carne bovina no sería, en sí mismo, un fundamento para que se encarezca el producto en el mercado interno, aunque sí podría serlo el faltante de hacienda que se anticipa -al menos- para este año. En cualquier caso, será el bolsillo del consumidor la variable que habilite o no una suba de precios.
Así lo planteó el gerente de la Cámara de la Industria Frigorífica de Santa Fe (Cafrisa) y presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), Sebastián Bendayán, tras el vencimiento -el 31 de diciembre- del Decreto 911/2021 que había prohibido la venta al exterior de los llamados "7 cortes populares" (asado con o sin hueso; falda; matambre; tapa de asado, nalga; paleta y vacío).
"No va a encarecer la carne en el mercado doméstico, porque son distintos animales los que van a exportación", dijo en referencia al novillo pesado, que demandan mercados como la UE, o la vaca de conserva que mayormente se llevan los compradores chinos (compran el 70% del total de carne exportada). "El consumidor local no está habituado a comerlo; no debería influir en el precio", dijo.
En cambio, advirtió, "lo que vamos a tener es un inconveniente con el faltante de hacienda" tras la liquidación que impulsó la sequía, por lo que se estima que este año habrá 1,5 millones de terneros menos. "La suba de la carne se puede dar, no por lo que se exporte más sino porque habrá faltante de animales", reafirmó Bendayán.
Sin embargo, la historia reciente muestra que si bien la carne bovina es un artículo sagrado para los argentinos, en la actualidad no se puede pagar cualquier precio. Vale decir que tras las elecciones y la devaluación el kilo vivo de categorías de consumo interno, como el novillito o la vaquillona, treparon hasta los $2.000 y en las carnicerías se vio llegar el kilo de cortes frescos hasta los $10.000. Estos valores plancharon el consumo y todo volvió hacia atrás: en Cañuelas a $1.500 el kilo en pie; y en la góndola hasta $5.000/6.000.
"Ahora vamos a ver, con el transcurso de los meses, cómo va a influir e impactar tanto en el mercado internacional como en el doméstico", dijo Bendayán sobre la apertura del comercio exterior. Aunque recordó que "hubo un parate, una baja muy importante" en el mercado doméstico en diciembre "porque no se vendía y se echaba a perder" la mercadería. Al respecto, anticipó que próximamente habrá datos precisos sobre ese freno, una vez que esté terminado el informe mensual sobre consumo minorista que elabora FIFRA, en base a datos de carnicerías en Rosario, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y el Gran Buenos Aires.
El industrial aclaró que la suba de los precios fue "un sinceramiento" en los valores de la hacienda, "pero el consumidor no convalidó el precio en la carnicería". Y al respecto consideró: "no es que la carne sea cara, sino que es bajo el poder adquisitivo del consumidor".
En tal sentido también consideró que el combustible "es uno de los costos más importantes" en toda la cadena, sea para movilizar hacienda o carne, por lo que el incremento de este insumo también podría incidir en el precio del producto.
Mientras tanto, Bendayán dijo que desde la industria están a la espera de ver qué medidas se toman para la ganadería desde el gobierno nacional, al margen de la liberación comercial. "Vemos con buenos ojos actualizar y unificar la normativa de senasa", anticipó sobre la unificación del status sanitario que se incluyó en la ley ómnibus que ingresó al Congreso Nacional. "Se necesita una política ganadera a largo plazo, al margen del color político del gobierno", concluyó.