Militares presos
La historia argentina y sus dos lados
Juan José Sagardía
Tomé conocimiento, especialmente a través del periodismo televisivo porteño, de que muchos se sintieron "espantados" e indignados porque algunos diputados nacionales pertenecientes al partido gobernante, La Libertad Avanza, visitaron hace poco a los militares que todavía no fueron procesados pero están privados de su libertad en la cárcel federal de Ezeiza. Esos militares pertenecen al Ejército Argentino que entre 1976 y 1980 ganó la guerra contra el ejército subversivo conformado por Montoneros, ERP y otros grupos, cuya lucha era la de transformar nuestro país en una copia de Cuba. No me interesa para nada criticar a Cuba, es otra nación y como tal la debemos respetar, pero los jóvenes subversivos la tenían como ejemplo de administración de un Estado o República.
La historia en un principio, de acuerdo a lo que uno pudo conocer y apreciar, indica que muchos de los miembros de Montoneros y las otras agrupaciones eran jóvenes universitarios y profesionales idealistas, pero con ideas un tanto "fuera de contexto", por así decirlo. Lo real es que el ejemplo de Cuba estaba muy en boga, tanto es así que hacia 1970 los Montoneros comenzaron a ubicarse en la provincia de Tucumán, que para ellos era lo que para los revolucionarios cubanos fue la Sierra Maestra. Lógicamente, una de sus principales estrategias era generar una guerra de guerrillas; así fue como fueron creciendo en sus actos de violencia, iniciando una guerra donde hubo muertos, a favor y en contra (como en toda guerra).
Recuerden aquello e imagínense lo que pasa en la guerra de Rusia contra Ucrania, o la de Israel contra Hamás; piensen en los inocentes muertos, de las madres que pierden a sus hijos. Cuando en 1973, Juan Domingo Perón regresa al país, en teoría vino a pacificarlo, aunque como militar sabía lo que estaba pasando y lo que iba a pasar. Entiendo, que los subversivos le jugaron en contra y mataron personas de su entorno más cercano, entonces él los echó de la Plaza de Mayo y ya no hubo marcha atrás. Lamentablemente para nuestra Patria, Perón murió en junio de 1974 y todos sabemos lo que pasó después.
A mi entender, el Ejército Argentino cometió un error al hacerse cargo del gobierno nacional, tras derrocar a la entonces presidenta, la señora María Estela Martínez de Perón, también conocida como Isabel Perón o Isabelita. Las Fuerzas Armadas, en cumplimiento a una serie de decretos oficiales del año 1975 (ver aparte), que determinaban la eliminación y el aniquilamiento de la subversión en el país, le declararon la guerra a los grupos subversivos, logrando vencerlos. Esto significó para nuestras Fuerzas Armadas el primer triunfo en defensa de nuestro territorio, tal como lo determina la Constitución Nacional.
En 1983, las Fuerzas Armadas entregaron el poder al presidente constitucionalmente elegido por el pueblo, el Dr. Raúl Alfonsín. Este, en su carácter de presidente, generaría una causa judicial en contra de las Fuerzas Armadas por sus acciones por no haber respetado los Derechos Humanos. Muchos se olvidaron que fueron acciones emprendidas en el marco de una guerra antisubversiva. Así, apelando a una consigna impuesta a nivel nacional por las Madres de Plaza de Mayo, la justicia argentina, de acuerdo a su real entender y saber responsabilizó solo a las Fuerzas Armadas por haber infringido los Derechos Humanos en esa guerra nacional hecha en defensa de nuestra Patria. Por qué digo esto, porque hasta hoy no se sabe por qué razón no se le endilgó el mismo tratamiento a los miembros del ejército subversivo, siendo que muchos de sus integrantes con el tiempo hasta fueron parte de algún gobierno nacional.
Por eso mismo entiendo que el actual gobierno debería revisar el proceso judicial, que no ha terminado por no haberle generado cargo alguno a los militares, que están detenidos sin causa fundada, según lo manifestó el actual Jefe de Gabinete, Guillermo Franco, en programa de televisión emitido por La Nación + el 7 de agosto de 2024. Y aquella guerra sigue en nuestra Patria como algo pendiente, porque parece que la culpa fue de un solo lado. Y yo en cambio creo que deberíamos blanquear a nuestras Fuerzas Armadas, en sus errores y sus aciertos, porque ganaron esa guerra y nos liberaron de una atrocidad. La historia no es como nosotros quisiéramos; a los que ganaron los castigamos y a los que perdieron los beneficiamos.
Para no quedarnos con un único ejemplo, pregunto: ¿Qué hicimos con la Guerra de Malvinas? Los chicos que murieron allá son verdaderos héroes y las madres aceptaron que sus hijos de 18 y 19 años murieran por la Patria, al igual que los miembros de las Fuerzas Armadas. Pero hasta el día de hoy, por desidia de la gran mayoría de los gobiernos -desde 1982 en adelante-, poco o nada se hizo para que las madres y el pueblo argentino en su conjunto puedan libremente visitarlos en el cementerio de las islas.
Claro, si queremos estamos a tiempo. Generemos un tratado especial permanente con Gran Bretaña, para poder lograr que este derecho divino de respeto a nuestros héroes, muertos por la Patria, se concrete. Antes de despedirme, repito, como siempre, perdónanos Patria... por los errores cometidos.
Los decretos de 1975
El 13 de septiembre de 1975, la presidenta Isabel Perón solicitó licencia por motivos de salud, asumiendo Ítalo Argentino Luder -en su carácter de presidente provisional del Senado- la primera magistratura del país, hasta el 17 de octubre, en que regresaría la presidenta. Durante el ejercicio del Poder Ejecutivo Nacional, más precisamente el 6 de octubre de aquel año, Luder firmó los decretos Nº 2770, 2771 y 2772, por los cuales fue creado el Consejo de Seguridad Interior, que estaba integrado por el presidente y los jefes de las fuerzas armadas, extendiéndose a todo el territorio argentino la política de "aniquilar el accionar de los elementos subversivos", la que había sido iniciada pocos meses antes con el denominado Operativo Independencia, desarrollado en la provincia de Tucumán. Justamente, el 6 de febrero de 1975, Isabel Perón y su gabinete firmaron el decreto "S" 261, para que el Ejército Argentino ejecute el Operativo Independencia y neutralice el accionar del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en suelo tucumano.