Paradoja ganadera
¿Las recientes lluvias podrían incentivar una mayor oferta de hacienda?
Las lluvias han mejorado las condiciones forrajeras en los campos, lo que podría llevar a los productores a prolongar los ciclos de producción. Sin embargo, en el corto plazo, también acelerará la oferta de animales terminados a campo, sumándose a los de feedlot, en un mercado con precios de hacienda y carne estancados.
Las lluvias de octubre trajeron alivio a los campos argentinos, especialmente en las zonas ganaderas, donde la recomposición de humedad ha propiciado una mejora significativa en las condiciones forrajeras. Según un análisis de Rosgan, el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario, este cambio en el ambiente podría motivar a los productores ganaderos a prolongar los ciclos de producción, lo que les permitiría agregar más kilos de peso a los animales antes de enviarlos al mercado. Sin embargo, al mismo tiempo, las lluvias acelerarán la terminación de animales a campo, generando un aumento de la oferta ganadera en las próximas semanas, en un contexto de precios estancados tanto para la hacienda como para la carne en los mostradores.
El análisis de Rosgan señala que los campos, tanto con potreros naturales como con pasturas nuevas, han comenzado a reaccionar positivamente ante la tregua climática, que promete un escenario más favorable para el desarrollo del forraje durante la primavera. Aunque persisten riesgos de que el fenómeno de La Niña afecte la humedad en el verano, los forrajes podrían desarrollarse adecuadamente gracias a las precipitaciones registradas hasta ahora.
Efectos a corto plazo
A corto plazo, los especialistas del mercado prevén que esta mejora en las condiciones del campo acelerará la terminación de animales que ya están próximos a faena. Estos animales se sumarán a la elevada oferta de hacienda que están aportando los feedlots, que han registrado un récord de encierres en los últimos meses. Este incremento de oferta podría generar presión sobre los precios, que ya están retrasados.
El precio del novillito gordo, uno de los principales indicadores de la hacienda terminada, ha estado estancado en torno a los $2.000 por kilo desde hace seis meses. En términos reales, los precios han caído alrededor de un 18% en lo que va del año, comparados con los niveles de diciembre de 2023. Este estancamiento en los valores se refleja también en el precio de la carne en los mostradores, que según datos del IPCVA (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina), ha registrado un retraso del 22% en términos reales hasta septiembre de este año.
Mediano plazo: retención y reinversión
Aunque el corto plazo no parece muy prometedor en términos de precios, las perspectivas para el mediano plazo son más alentadoras. Si la primavera logra mantenerse relativamente neutral y el verano no presenta condiciones climáticas demasiado severas, es probable que los productores ganaderos comiencen a retener más hacienda e inviertan nuevamente en el aumento de la producción. Según el análisis de Rosgan, esta intención de reinversión ya estaba consolidada en la mente del productor, pero hasta ahora había sido frenada por las condiciones climáticas adversas.
Por otro lado, en los mercados de exportación se espera un escenario más firme. Mientras que Brasil comienza a recuperar valores debido a la restricción de oferta, Estados Unidos sigue mostrando una sólida demanda de importación, lo que podría abrir nuevas oportunidades para la carne argentina en el exterior. Sin embargo, el consumo local continúa siendo débil, ejerciendo presión sobre los valores del mercado interno.
A medida que se suma más oferta de animales a faena, tanto desde los feedlots como desde los campos, el mercado ganadero podría enfrentar dificultades para absorber el volumen sin que se genere una mayor presión a la baja sobre los precios. Aunque se anticipa una mejora en las condiciones productivas gracias a la recomposición forrajera, los precios de la carne y de la hacienda seguirán siendo un desafío para los productores en lo que resta del año.