Por Miguel Barcos
Pinceladas de Malvinas
Homenaje eterno.
Han pasado cuarenta y dos años desde el inicio de la guerra de Malvinas. Cuarenta y dos años de aquel 1982 en que miles de soldados argentinos combatieron contra una de las potencias del planeta. Guerra de la que una vez finalizada nadie hablaba. El silencio era un infortunado proceso conocido como desmalvinización. Todo comenzó el 3 de enero de 1833. Eran tiempos de paz y de pronto, sin declaración de guerra, el colonialismo inglés invadió nuestras Islas Malvinas. Con el uso de la fuerza arría el pabellón argentino, destituye al gobernador Luis Vernet y lo destierra junto con los pobladores nacionales.
Hubo de pasar 149 años. El viernes 2 de abril de 1982, las hermanitas perdidas, como dice el poeta, son recuperadas. De hecho, vuelven a formar parte de la nación. Argentina procura que la acción sea incruenta, el único muerto es un oficial argentino. A partir de esa fecha miles de nuestros soldados, la mayoría jóvenes de dieciocho y diecinueve años, llegan para defender la soberanía. Durante veintiocho días se prepara la defensa sin más disparos que los propios en ejercicios de adiestramiento.
Es el 1 de mayo de 1982 y el enemigo inicia la ofensiva. Lo hace de madrugada bombardeando el aeródromo de Puerto Argentino y en simultáneo a la pequeña base aérea Cóndor. De ahora en más las batallas se sucederán por aire, mar y tierra. El 2 de mayo nos hunden el crucero ARA General Belgrano en acción infame. Lo hunden fuera de la zona de combate. El 4 de mayo, el segundo o tercer navío en importancia de la flota inglesa, el poderoso SMS Sheffield es averiado por los argentinos. A los pocos días se hunde cuando es remolcado hacia Inglaterra.
El 21 de mayo se produce la invasión inglesa terrestre por Bahía San Carlos. El día 28 tiene lugar la segunda batalla isleña, es Darwin-Pradera del Ganso. Vale recordar que la primera batalla es el 2 de abril y es la recuperación de las islas. Es una hazaña poco estudiada; ganar la batalla con la consigna de que no haya heridos enemigos no se ha visto jamás en la historia de las guerras.
Las batallas libradas por nuestra aviación se inscriben en la página grande de la historia. Gracias a su accionar sobresaliente la flota inglesa es diezmada en forma contundente. Hasta el Portaviones Invencible es atacado y poco faltó para su hundimiento. El 14 de junio, después de 74 días (diez semanas), se declara el cese de fuego. Una vez más vuelve a ser arriada la enseña nacional.
Algunas reflexiones. En las academias de guerra del mundo donde se estudia el conflicto, surge una teoría que explicaría el resultado. En Argentina algunos generales creen aún en un arreglo diplomático y no actúan plenamente en función de guerra. En cambio, Inglaterra no cree en arreglos diplomáticos y por eso está metida de lleno en una guerra.
El conflicto también fue una oportunidad para verificar el impacto de la suerte en el resultado de una guerra. ¿Acaso hubiera sido diferente el curso de la guerra, si el viento y el mar no hubieran estado en calma absoluta el 1º de mayo? Un ataque argentino es abortado porque desde el portaviones 25 de Mayo los aviones no pudieron despegar por falta de viento en contra que compensaría la baja velocidad del navío.
Se sabe además que fueron catorce las bombas que penetraron en los buques británicos y nunca explotaron. También se ha confirmado que torpedos Telefunken del submarino argentino San Luis sufrieron desperfectos cuando marchaban directo a hundir naves enemigas.
Seguramente los interesados indagarán en las muchas batallas imposibles de enumerar en esta semblanza. Homenaje eterno a nuestros héroes que por siempre estarán en nuestros corazones. A los que están custodiando la irredenta tierra de Malvinas y a los que custodian con celo las heladas aguas del Atlántico Sur.
(*) Leído en el acto conmemorativo por el 42° Aniversario de la Gesta de Malvinas, realizado por la Municipalidad de Recreo en la Plazoleta Juan Carlos Montenegro de dicha ciudad.