Por Raúl Eduardo Lien
¿Quién es el malo en una historia mal contada?
Franja de Gaza, una mirada distinta.
La mayoría, cuando ha sido engañada, no tiene la suficiente entereza para reconocerlo y aceptar una nueva realidad. A través de la historia aceptamos relatos como absolutamente ciertos y se han convertido en dogmas. Solo aceptarlos y no criticar o analizar los hechos ha sido el procedimiento de muchos. La ciencia, la arqueología son prueba de que con el paso del tiempo, los nuevos descubrimientos, han reescrito la historia.
La lucha por la liberación de los pueblos, emblema del siglo XX, con grandes eventos como la Revolución Rusa contra el poder de los zares, o la Revolución Cubana contra el régimen de Fulgencio Batista, para un observador crítico han sido justas. La Segunda Guerra Mundial definió los grandes bloques en la división geopolítica de ese momento y fundamentalmente la división ideológica de la forma de mirar los eventos de transformación social en el mundo.
Se instaló el paradigma de que la historia la escribieron siempre los ganadores, el poder. Preguntémonos hoy si es verdad que los que no tienen el poder y luchan por él siempre tienen la razón. Hoy en Sudamérica existen guerrillas que se llaman de liberación que combaten contra gobiernos democráticamente instalados, y sabemos que son corruptas y están implicadas con el tráfico de la cocaína, de armas, que lucran con los secuestros y asesinatos de dirigentes sociales.
Hay milicias en el Yemen con apoyo económico y logístico provistas por Irán que combaten contra gobiernos legalmente instalados, y se han dedicado en el último mes a lanzar misiles intercontinentales hacia Israel (son 2.000 kilómetros los que nos separan), tenemos en África grupos militares con tácticas y con acciones sangrientas que no se diferencian del Daesh (Estado Islámico) o los talibanes. Está Boko Haram, por ejemplo, que se dedica a raptar y a violar estudiantes de las escuelas, para pedir suculentos rescates y la liberación de sus militantes. Lo hace en Nigeria, que tiene un gobierno democrático.
En Gaza gobierna el Hamás desde hace casi veinte años. Sí, gobierna y controla la vida de más de 2.000.000 de personas. El summum de su proyecto lo vivimos el 7 de octubre, con los horripilantes crímenes de lesa humanidad y los crímenes de guerra a su continuación, ataques a civiles, secuestros, asesinatos, utilización de estructuras civiles y escudos humanos con objetivos militares. ¿Observan ustedes en lo antes descripto algún punto en donde los hechos provocados buscan la liberación de un pueblo, o la resistencia contra un opresor que no está instalado en su territorio?
¿Por qué luchan entonces? Se aprecia una sociedad gazatí absolutamente denigrada y desestructurada por las acciones de su propio gobierno. Tienen un 60 por ciento de desocupación, con escasa ayuda social; con escasa salud; con educación doctrinaria para la muerte desde la más tierna infancia y con un fabuloso drenaje de fondos recibidos de instituciones multilaterales, que fueron destinados durante años únicamente a construir una máquina bélica y engrosar los bolsillos de los dirigentes.
Israel no provocó esta guerra, fue agredida cínica y vilmente. ¿Ustedes que hubieran hecho? ¿Poner la otra mejilla? Dijo Bertold Brecth: "¿Qué tiempos son estos que hay que defender lo obvio?" El objetivo de estas líneas es intentar llegar a todos aquellos que estén abiertos a pensar fuera del tarro, saliendo del espíritu de rebaño, como se dice en la calle. Por ahora, se puede decir que siendo las 7.30 del 1 de diciembre de 2023 en Israel, se terminó la pausa de intercambio de raptados por terroristas y se reinician las acciones defensivas y ataque.
Un alto porcentaje de incertidumbre sobre la finalización de los eventos se vislumbra en el horizonte. Si se termina militarmente con Hamás habrá que definir un programa para Gaza y resolver en forma definitiva la situación con el Hezbolá en el norte, que contra todos los tratados internacionales y con la complacencia de las Naciones Unidas se instaló en la frontera ocupando la zona llamada de colchón de 40 kilómetros que debía estar desocupada.
Dicen que para algunos la realidad depende del color del color del cristal con que se mire, pero la verdad es una sola y contundente, transparente sin colores. Hoy en Israel se está peleando por la existencia del país como tal.
(*) Profesor de Educación Física santafesino, vive en Israel desde 2002.
¿Se imaginan a Israel sin Cúpula de Hierro?
¿Qué hubiese pasado si Israel no hubiese desarrollado el efectivo sistema defensivo llamado Cúpula de Hierro? Sabían que cada pequeño misil inteligente para neutralizar misiles de 300 dólares del Hamás cuesta 70.000 dólares? Los misiles del Hamás están dirigidos a población civil, no militar. El desastre hubiera sido inmenso, miles de víctimas.
¿Podemos aventurar la hipótesis de que Israel hubiese dirigido todo el potencial de respuesta a la población civil de Gaza? ¡No! Lo que sí sabemos es que hacemos lo que nadie hace: se establecen rutas seguras para la evacuación civil de los gazatíes; reciben mensajes en sus celulares y millones de volantes explicando que medidas deben tomar para alejarse de los combates.
Lamentablemente y según las expectativas razonables sobre lo delicado y peligroso de la situación, la cantidad supuesta de cerca de 140 rehenes según informes actualizados se ha visto reducida en la cantidad de 15 víctimas. Se dice que Hamás no quiere liberar más mujeres para que no cuenten las atrocidades a las que son sometidas en el cautiverio; no hace la diferencia, lo sabemos.
Salen a la luz las declaraciones de algunos de los rescatados, que sobreponiéndose con entereza a lo sufrido han comenzado a relatar las múltiples vejaciones y torturas que han sufrido y sufren los rehenes, físicas , psicológicas, organizadas para romper la voluntad e intentar realizar un cambio de mentalidad bajo presión, supresión sensorial, picanas, quemaduras, lesiones óseas por maltrato, supresión alimentaria ,sin limpieza ,sin calzado, sin luz.
A través de la Cruz Roja Internacional, Israel ha intentado hacerle llegar medicamentos recetados. Hamás se ha negado. A los niños se los reprime para que no griten o no lloren. ¿Los niños que regresan no quieren hablar en voz alta por temor a ser reprimidos de regreso, y eso que ya están seguros! Que vileza, que bajeza. ¿Qué sinónimos y qué adjetivos poner? ¿Cómo nombrar lo innombrable?
Decir que se combate por la liberación sin estar ocupados; invadir y cometer las atrocidades contra personas indefensas, no pelear contra un ejército regular. Ahora están sufriendo las consecuencias de lo que han generado: que un país entero, desde todos sus estratos sociales, políticos y religiosos, se haya mancomunado para combatir al agresor Hamás en su propio terreno. Es de conocimiento en las más altas esferas de los ejércitos del mundo que el tipo de guerra urbana que Israel está desarrollando es de lo más compleja y arriesgada. Todos los días hay bajas y heridos del lado israelí (edad promedio entre 20 y 30 años). Que pérdidas valiosas. ¡Que costo se está pagando!
Los túneles necesitan respiraderos y son fáciles de detectar, pero… ¿Saben dónde están los respiraderos? Sí: en edificios públicos, hospitales y escuelas. Esto para las leyes internacionales significa "crímenes de guerra". En pocos días se encontraron 800 respiraderos. Gaza es un hormiguero del Hamás. Simple y claro.
En estos días, Israel ha intensificado la ayuda humanitaria –de 200 a 400 camiones-, algo que ningún estado en guerra ha realizado nunca. Egipto, que tiene límite a través del paso de Rafia (o Rafah), no permite que se instalen campos de refugiados en su territorio. Y Turquía, cuyo presidente dice que el Hamás no es un grupo terrorista, no ha hecho ningún aporte ni económico ni de suministros.
Veamos que dice la definición de las Naciones Unidas para definir a un grupo como terrorista: "Todo grupo que produzca agresiones o intenciones de agredir a población civil (y sigue)…". Para un buen entendedor, sobran las palabras. Todos esperamos el fin del conflicto que afecta a miles y desestabiliza una zona volátil como el medio oriente.