Opinión
Rosario derrotó al peronismo
Para el autor de la columna, "Javkin dividió la ciudad y ganó por un exiguo porcentaje ante Monteverde. La Clase Media del centro de la ciudad es la que (cualquier mapa electoral lo demuestra) le otorgó esos 'dos puntitos' salvadores".
Cuando uno mira, después del 10 de septiembre, los números de ciudad de Rosario en el recuento, con un intendente que se niega a que se la considere Región Rosario, advierte dos cosas. La primera conclusión es local, la segunda es provincial. De ambas se sacan evidencias que no se pueden esquivar.
Los números molestan porque al aparecer la cuarta cifra se olvida la primera. Hagamos redondeos inobjetables.
Seisas, candidato a senador departamental, obtuvo un porcentaje de diferencia con su rival, Cavatorta, bien visible, importante.
Schmuck obtuvo un porcentaje de diferencia sobre los otros candidatos a primer concejal (Romero/Tepp) también visible y muy importante.
Javkin dividió la ciudad y ganó por un exiguo porcentaje ante Monteverde. La Clase Media del centro de la ciudad es la que (cualquier mapa electoral lo demuestra) le otorgó esos “dos puntitos” salvadores.
Está visible observación -local- no puede ocultarse. La otra es más gruesa. Más inocultable. Disculpen que pongamos números. Clara García total provincial provisorio: 570.411 y Omar Perotti total provincial 481.016. Esas son las cifras para diputados. Clara se lleva 28 diputados sobre 50. Pullaro domina la provincia con Ejecutivo, Diputados y Senadores con mayoría propia. Ejecutivo y las dos cámaras. Hay un número mágico, en el recuento provisorio: 89.395. Vamos “al redondeo”. Con 90 mil votos de Rosario -ciudad- Clara García le ganó a Omar Perotti. Hay un pero… es este: Lewandowski, como candidato a gobernador obtuvo en Rosario -ciudad- 186.673 votos (ojito, siempre en provisorios antes del recuento final) y Omar Perotti 97.491. Vayamos al redondeo. Perotti 90.000 votos menos que Lewandowski.
Los votos que le quitaron al Gobernador en ejercicio la posibilidad de ser el diputado más votado están perdidos en Rosario. No se acuse a ningún otro territorio del triunfo de Clara García. Todo suma, claro, pero cuando se contaron de a uno, voto a voto, en Rosario, Clara García, para primera diputada obtuvo la ventaja que, con la ayuda de votito tras votito en toda la provincia, le dio el triunfo.
Los “fedayines” de la viuda de Lifschitz están reclamando ya, ya mismo, cargos, ministerios, el manejo de la economía de la Cámara de Diputados. Son duchos en ejercer el poder y el poder de la lapicera. La diferencia está en el poder ejecutivo… y en los Senadores. No hay socialistas en el binomio. No hay nada más que un socialista en el Senado Provincial donde, además, están Michlig y Enrico, los dos primeros que, con la boina blanca y la marcha, gestaron la Gobernación Pullaro, junto con el diputado, candidato electo y próximo gobernador, que siempre creyó que se podía.
De los 14 concejales que Rosario ponía en juego (la mitad) siete son del equipo que comanda María Eugenia Schmuck, radical convicta y confesa y lo ya dicho en estas columnas: la espada legislativa de Javkin.
Aldo Tessio en el 1963, con el peronismo proscripto. Pullaro en el 2023. Un largo camino de la UCR para volver a la Casa Gris. Sin embargo, debe indicarse que Rosario tiene votos radicales, siempre los tuvo. El proceso de formación de cuadros en la UNR (Universidad Nacional de Rosario) no cesa. Los cientistas políticos (Pullaro y Lehman) vienen por ese caminito. En todos los pueblos hay alguien con sangre de comité y boina blanca.
Cuando la señora Bullrich afirma que se le ganó al kirchnerismo en la provincia de Santa Fe digamos que, como poco, exagera. El radicalismo le ganó a un peronismo light y en estado de franco deterioro. No es CFK alguien que sea bien recibida en la Región Rosario y, de hecho, ni en el 2019 ni ahora apareció en tiempos electorales.
Si bien Perotti canta la marcha peronista, no es una personalidad que pueda referir a CFK y/o el Instituto Patria. Donde la señora Bullrich se embandera por cuestiones proselitistas (y porque la dejan hacerlo) es en el triunfo radical. Y es cierto que se le ganó al peronismo que, por su parte, nunca ha sido gobierno en Rosario y que, en esta Gobernación que terminará el 10 de diciembre del 2023, no repitió a Julio César. Vino, vio y perdió en la provincia. Para decirlo mejor: el peronismo volvió en el 2019, gobernó y perdió con un fuerte trompazo en la boca en “tooooodas” las categorías. Gobernador, diputados, senadores, concejales e Intendencias.
El peronismo se va en diciembre. Retener la provincia era la primera obligación. Armar una retaguardia para las futuras luchas electorales era la segunda obligación. Dejar herederos de la idea la tercera y la verdadera. Rotundo fracaso. Rosario lo dejó fuera de combate.
Desde la misma ciudad (Rosario) la aparición de Juan Monteverde, un muchacho de la Clase Media, que no se formó en el peronismo ni canta la marcha y que solo sonríe a los del “Movimiento Evita”, pone en estado cartesiano al peronismo: hay una duda metódica: ¿sobrevivirá?
Monteverde sueña con una centro-izquierda en el relato y en los hechos en mitad de una ciudad que, con la demografía y la cartografía (densidad de población y mapa electoral) diciendo que todavía no es el tiempo y quien sabe lo sea algún día, derrotó en las elecciones internas a un peronismo que no supo, no quiso, no pudo, no tuvo la determinación histórica del liderazgo. En la provincia puede decirse algo similar sobre los verbos saber, querer, poder.
Es desde la realidad desde donde se puede llegar a la verdad, algo así decían los griegos. Perón lo reformuló: la única verdad… etcétera.
Con la realidad después de las elecciones es posible decirlo: Rosario derrotó al peronismo, pero, ay, esto era algo que se sabía desde hace tanto tiempo que no se entiende la resignación y la apatía, el desapego y el desgano que solo encuentran razón en una evidencia (otra vez: “la única verdad”… etcétera) en Rosario es otro el interés, otro el destino y por consiguiente otro es el voto.
Desde la Casa Gris no se alcanza a divisar el Monumento a la Bandera; todos lo saben. Hay que estar más cerca para observar la realidad y como dicen los griegos, por allí se llega a la verdad.
Hoy Javkin es la realidad. Monteverde la contracara. El peronismo es una ausencia anunciada.
¿Puede recuperarse el peronismo? ¿Se reformula como centro izquierda? No me pregunte, soy el periodista, soy el que hace las preguntas…