Análisis político, con un poco de historia
Seguir con los subsidios o enfrentar la realidad
La caja PAN incluía 2 kilos de leche en polvo, 2 kilos de harina de trigo, 2 kilos de harina de maíz, 2 litros de aceite de girasol y 1 kilo de fideos. En su momento (1983-1989), sirvió para ayudar a miles de familias argentinas.
Por Juan José Sagardía
Vuelvo a hacer un comentario que repito desde hace tiempo, al parecer sin ningún éxito. Hace unos cincuenta años, los servicios de energía, agua y gas se abonaban al valor real que tenían y -por ende- los cuidábamos. En1983 un gobierno democrático, el de Raúl Alfonsín, creó la caja PAN, pero lo que debió haber sido una ayuda de buena fe y solo temporaria, para los más humildes, se prolongó en el tiempo, distorsionando así sus mejores propósitos. Después, y hasta el día de hoy, iniciativas parecidas se multiplicaron exponencialmente, de todas las maneras que se les ocurra pensar o imaginar.
Lógicamente, el discurso de "ayudar al más necesitado" está bien, entonces empezamos a regalar energía, agua y gas a los barrios que alguna vez las autoridades políticas permitieron que se establezcan en condiciones precarias e informales. El número de habitantes en esos sectores fue creciendo y cada vez se implementaron más subsidios, porque en determinado momento hubo que agregar la comida. Así fue como con el correr del tiempo empezaron a surgir los que podríamos denominar "centros de atención con alimentos".
Ricardo Alfonsín.
Claro, quienes administran el Estado en sus distintos niveles, aprovecharon la coyuntura y formaron "organizaciones" a medida, cometiendo el atropello de llamarlas cooperativas, sin tener en cuenta lo que las verdaderas cooperativas tienen un significado y valía dentro de una sociedad de trabajo. De hecho, los verdaderos cooperativistas nada dijeron y entonces fue creciendo el "monstruo" del reparto de los subsidios, que ahora quedó demostrado que fue un elemento para que la "acción social" se transforme en corrupción y donde se toque salga pus.
Ojo, no solamente esos son subsidios. También pasa algo parecido con los créditos del FMI, con los acuerdos con otros estados internacionales o con la colocación de títulos emitidos por el Estado nacional. ¿Por qué opino que son como subsidios, porque nuestros políticos han utilizado dichos préstamos para gastos internos y para poder emitir para seguir subsidiando y no para volcar es dinero en la producción? ¿Puede algún ciudadano decir cómo vamos a pagar nuestra corrupta deuda internacional, si no es con el patrimonio reconocido y deseado, ya utilizado en parte, que es nuestro territorio? Hacemos alarde de querer recuperar las islas Malvinas y no custodiamos o defendemos el resto de nuestro valioso territorio.
No pensemos que los acreedores van a tomar nuestras tierras, ya lo están haciendo a través de la cantidad de empresas nacionales que privatizamos, además las que se vendieron a capitales foráneos, a nosotros solo nos quedan las pequeñas y medianas empresas, las grandes ya son extranjeras. Y si analizamos bien, vemos que en los círculos de lo que llamo el Gobierno Unitario Nacional, opinan y pisan fuerte. Preguntemos a nuestros medianos y pequeños empresarios e industriales qué relación tienen con los políticos de turno.
Un caso evidente de subsidiados son las provincias y municipios, que pelean para la distribución de los Impuestos Variados, que todos discuten por su distribución, pero pocos son los que plantean la rebaja de impuestos, que en la exorbitancia de los mismos terminan arruinando a los Medianos y Pequeños Empresarios que dejan de dar trabajo. Y en la costumbre de trabajar en "negro", son evasores consuetudinarios y convencidos, mientras que los que gobiernan, con la Afip de testigo, aumentan los impuestos para generar más pobreza y alimentar a los pobres que se transforman en meros habitantes, no ciudadanos, que los apoyan con el voto por necesidad.
Para eliminar los subsidios debería pensarse en una política de integración, que sirva para repoblar la Argentina y poder dar un lugar a esos habitantes que padecen necesidades, desnutrición, falta de educación, para que puedan llegar a localidades despobladas o con una población mínima, para que tengan un lugar decente donde vivir como seres humanos. Así lo hicieron con nuestros abuelos inmigrantes, pero estos pudieron trabajar y no recibieron subsidios; produjeron riqueza, lo que oportunamente nos transformó en "El Granero del Mundo".
Hoy no somos capaces de emular a nuestros inmigrantes, somos planeros. Por eso a los corruptos del manejo de subsidios habría que darles cárcel de por vida en lugares alejados de la sociedad urbana. Porque hoy son noticia las "organizaciones intermediarias de los subsidios", pero no hay nadie preso; claro, lógicamente, la Justicia cómoda, sin afrontar sus responsabilidades, guarda similitud con el accionar de los corruptos.
En definitiva, la gran mayoría de los habitantes de nuestra tierra argentina, terminamos siendo planeros; todos queremos una dádiva, una regalía, porque nada nos alcanza. Nos incomoda el cumplimiento del deber, de ganar nuestro sustento con nuestro esfuerzo propio. Me duele la Patria, aunque todavía existamos en la otra Argentina, fuera de la corrupción, ciudadanos honestos y de trabajo que con un gran esfuerzo "mantenemos" la deshonestidad y la incapacidad de nuestros administradores políticos y judiciales.
Por favor: ¡Que Dios y la Patria los demanden de una vez por todas!