Por Claudio Fernández Macor
¿Toda la culpa la tienen la emisión monetaria y el déficit fiscal?
El problema de la inflación en Argentina
Por Claudio Fernández Macor
En entregas anteriores señalamos que la idea impuesta desde principios de los años 2000 -hasta el final del gobierno del Frente de Todos- acerca de que la emisión monetaria no genera inflación, es científicamente inconsistente y, en tanto inspiró la política económica argentina, se convirtió en la causa más inmediata de la inflación y los desequilibrios macroeconómicos actuales. Ahora, a esta nota y a la siguiente, las dedicaremos a analizar la interpretación "liberal", según la cual la inflación es en todo momento y lugar un fenómeno monetario que tiene por única causa la emisión para financiar el déficit fiscal.
Funcionarios del actual gobierno nacional, así como destacados académicos liberales (y libertarios), argumentan que el dinero funciona como cualquier otra mercancía (interacción entre oferta y demanda) y sostienen que la teoría monetaria de Milton Friedman (Premio Nobel y uno de los economistas más influyentes del siglo XX) ha probado que, siendo que la demanda de dinero es estable cualquier aumento en la oferta monetaria (cantidad de pesos), produce un exceso de pesos que reduce su poder adquisitivo (se desvaloriza). O bien, lo que es lo mismo, aumenta el precio de todos los bienes expresados en pesos (inflación) (*).
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La corriente liberal otorga valor de verdad a estos postulados. El propio Javier Milei, por ejemplo, el 20 de agosto de 2023 dijo: "La principal contribución de Milton Friedman ha sido demostrar que la inflación es siempre un fenómeno monetario (…) producido por la emisión monetaria. (…) El único responsable de la inflación es el Banco Central". Y José Luis Espert, el 5 de noviembre del mismo año, remarcó: "Simplemente se trata de no ser un ignorante supino. Use la ciencia. El remedio contra la inflación, ya lo inventó hace casi medio siglo un Premio Nobel de Economía (Friedman): deje de emitir dinero, baje el gasto público para eliminar el déficit fiscal".
La interpretación del liberalismo argentino es tan inconsistente como la de la corriente "nacional y popular". Por eso mismo, nos proponernos demostrar que: 1) No es aplicable a la realidad argentina; 2) No se corresponde, y más bien se opone, a la teoría monetaria de Milton Friedman. Más allá de las limitaciones técnicas y teóricas, que abordaremos la próxima semana, quizás la principal dificultad del liberalismo local la impone la falta de formación científica, en particular en filosofía de la ciencia (**), que los conduce no ya a confundir sino a asimilar lo "abstracto" a lo "concreto" y lo "representado" a lo "real". Y este no es un problema de Friedman, quien tiene muy claro el asunto.
¿Qué queremos decir concretamente?
La ciencia pretende explicar la realidad, pero su objeto de estudio no es la realidad en su totalidad. Un ejercicio perfectamente válido para la construcción de una teoría (en ciencias sociales un ejercicio necesario) es concentrarse en propiedades particulares de la realidad o en la relación entre ciertas propiedades, haciendo abstracción del resto de los elementos que la componen y determinan (en la teoría económica asumen la forma de "supuestos").
Una teoría así concebida es una abstracción, sencillamente, representa una pequeña porción de la realidad y supone que todo lo que la teoría no incorpora cumple determinadas condiciones. De esta forma, no puede ser aplicada linealmente y con total liviandad a la propia realidad, en tal caso, la pertinencia y capacidad explicativa dependerá de la verisimilitud que tienen supuestos incorporados en la teoría en el caso concreto al que se quiere aplicar.
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La teoría monetaria de Friedman ha hecho algún aporte al conocimiento del fenómeno de la inflación, en particular a explicar y formalizar matemáticamente la demanda de dinero, como el mismo señaló, su teoría monetaria no es una teoría de los precios ni de la producción, es una teoría de la demanda de dinero (luego volveremos al tema). Cuando supuestos intelectuales y funcionarios afirman que hace décadas está "definitivamente probado" que la inflación es un fenómeno monetario que tiene como única y última causa la emisión monetaria y por tanto no queda nada por discutir, se está haciendo el ridículo, y nos hacen creer que Friedman era un estúpido.
Por si no alcanzara, hacen jactancia de hablar desde el terreno científico, cuando lo primero que reluce, en la propia expresión de la idea, los coloca en el más banal de los conocimientos coloquiales. En ciencia no existen las pruebas definitivas ni las causas últimas. El conocimiento científico está en continua tensión y sometido permanentemente a la crítica y la refutación, y si bien es una representación más o menos verosímil de la realidad siempre es perfectible y, por consiguiente, falible.
La propia naturaleza del método científico impide la confirmación definitiva y completa y determina que siempre puede alcanzarse una representación conceptual de la realidad más amplia, precisa y exacta, cuando alguien sostiene, con la seguridad del ignorante, que algún fenómeno está definitivamente probado o que ha llegado a la causa última de su explicación, sale del terreno científico e ingresa en su opuesto, el religioso o dogmático.
El problema de la "aplicabilidad"
Las teorías económicas "mainstream", incluyendo la teoría monetaria de Milton Friedman, se destacan por la formalización matemática, es decir por expresar en lenguaje matemático la realidad económica (incluso la realidad observable), metodología similar a la de las ciencias naturales. En tal caso, una teoría es una abstracción que además está formalizada matemáticamente y pretender aplicarla linealmente para explicar una realidad concreta supone asimilar una formulación matemática a la propia realidad (se identifica una fórmula matemática con la realidad); un error metodológico muy frecuente en el análisis económico causado por nula formación filosófica y el desconocimiento de los límites y alcances del conocimiento científico.
Ni la teoría monetaria de Friedman ni ninguna teoría dentro de la corriente monetarista sostienen llanamente que la única causa de inflación es la emisión. Esta es una invención del liberalismo argentino que proviene de asimilar una "fórmula matemática" (conocida como Teoría Cuantitativa del Dinero) a la realidad argentina y omitir cualquier consideración a los supuestos que explicita e implícitamente se hacen en la formulación. Insistimos, una teoría o formulación matemática será aplicable a la realidad en tanto los supuestos que incluye guarden verosimilitud con la realidad; y los supuesto incluidos en las teorías monetarias son inverosímiles para la realidad económica argentina.
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En la próxima nota, haremos explícitos esos supuestos, lo que nos permitirá concluir que la tesis defendida por el liberalismo (que no es la de Friedman, aunque parecen ignorarlo) no se aplica a la realidad argentina (***). La situación parece conducirnos a un callejón sin salida, las dos grandes corrientes políticas de nuestro país, tienen grandes limitaciones para explicar la inflación, y por tanto sus políticas antiinflacionarias están destinadas a fracasar más allá de equilibrios coyunturales que puedan lograrse.
*****
(*) Simplificando. La demanda de dinero (DD) es la cantidad de dinero en forma líquida que desean tener los individuos (y empresas) y consideran que es altamente estable. La oferta de dinero (OD) es la cantidad de dinero realmente existente en una economía y la determina el Banco Central principalmente por la emisión monetaria. Un aumento en la OD genera un exceso de dinero (puesto que la demanda no cambia) que siempre termina impactando en los precios.
(**) Rama de la filosofía que estudia los alcances, limitaciones y fundamentos del conocimiento científico. Consideramos fundamental para el progreso científico la incorporación de esta disciplinaba a todas las carreras universitaria. Posición también sostenida por autores tan disimiles como Georges Lucáks o Albert Einstein.
(***) Se hace necesario aclarar que somos absolutamente críticos de la corriente monetarista y de la teoría de Milton Friedman. En primer lugar, como cualquier corriente de origen neoclásico, su ontología y epistemología no guarda ninguna relación con la realidad ni con los hallazgos de otras disciplinas científicas, son construcciones metafísicas imaginarias reproducidas a lo largo de varios siglos, en segundo lugar su verificabilidad empírica ha sido controversial desde su origen, cayendo definitivamente en desgracia desde los 2000.