Sobre el voto en blanco
Votemos por uno o por el otro, pero votemos
Por Juan José Sagardía
El domingo 19 de noviembre los ciudadanos argentinos debemos resolver quién será nuestro próximo presiente entre dos candidatos: uno más que conocido y el otro por conocer. Es importante analizar a quién vamos a votar, pero más importantes es ir a votar. Votemos, ejerzamos nuestro derecho, no lo regalemos. Han salido voces notorias, fundamentalmente de parte de radicales y otros, que son la "antidemocracia" (si bien dicen que dejan al libre albedrío de los ciudadanos a quién votar), que deslizan la idea de que "no es importante que votes".
Ante esta situación, muchos podrían hacerse los distraídos y analizar la misma como si se tratara de un partido de fútbol (en el que uno gana y el otro pierde, sin importar el resultado), para decir "puedo ir, como no ir", ya que el lunes 20 es feriado y puedo aprovechar para viajar, por ejemplo, no presentándome a votar. Pero ojo, esa acción, que equivale lo mismo que un voto en blanco o un voto nulo, en realidad para mí es una acción irresponsable e inconstitucional.
Hay un sector muy importante dentro de la sociedad argentina, aquellos que somos adultos mayores (sin obligación de votar), a quienes nos mandan mensajes para que nos quedemos en casa. "Para que se va a molestar en ir a votar, si por ley están exceptuados de hacerlo", nos dicen. Me gustaría saber quién dispuso semejante tropelía de no tener la obligación de votar a cierta edad. ¿Quién determina si debo, o no, cumplir con mi deber soberano?
Que me disculpen, pero con ese criterio debería prohibirse también votar a los analfabetos, a los que no trabajan y reciben un subsidio del Estado, a los presos que son delincuentes, a los que tienen juicio por corrupción,… que "despelote" se armaría, no es verdad. Por eso, inventaron aquello de que los adultos mayores no tenemos la obligación de votar, pero resulta que somos los que contamos con memoria e historia, y los que conocemos uno por uno a los dirigentes políticos, los mismos que se hacen los condescendientes con los abuelos. Dejen de jodernos, nosotros sabemos lo que hacemos.
Por otro lado, también para engañar a la gente y sacar ventajas resolvieron que los niños de 16 años puedan votar solamente en las elecciones nacionales. ¿Cómo es posible algo así? Si todavía no son mayores de edad que puedan ser imputados por algún delito. Más infamias que estas,… cuáles podríamos encontrar.
Lógicamente con un manto de piedad, nos dicen: "Abuelos ustedes que son adultos mayores, que andan con bastón, con muletas o en silla de ruedas, quédense sentados en su casa, o en el geriátrico". ¿Saben en realidad qué nos están diciendo? Nos están diciendo: "No se incomoden, no es recomendable que voten, porque ustedes tienen memoria e historia".
Guiado por una opinión muy personal, y con el respeto que me merecen todos los adultos, yo voy a ir a votar. Conozco mis derechos y obligaciones. El voto es algo personal y no se puede "pasar a otro", solamente uno lo puede hacer. Uno lo debe hacer. Por eso mismo: amigos adultos y jóvenes que pueden irse de viaje, no regalen el voto. Voten. Y si votamos, elijamos por uno o por otro candidato, pero nunca en blanco. Es lo mismo que irse de viaje: lo considero una afrenta a nuestra patria, que nos demanda el cumplimiento del deber ciudadano.
El cumplimiento del deber es insoslayable. Es imprescindible, como la historia asegura que manifestó el general José de San Martín al referirse al significado del cruce de Los Andes. Fue una epopeya, sí, pues entonces hagamos nuestra propia epopeya: ¡Vayamos a votar! Conocí en la campaña presidencial de 1958 a Arturo Frondizi. Él decía: "Votar en blanco es como un soldado sin fusil, no puede defender la patria". Y en esa época, los mismos que hoy nos gobiernan son los que pedían que se votara en blanco.
Sin menospreciar la voluntad de cada uno, simplemente, manifiesto: ¡Vayamos a Votar! Pero no lo hagamos en blanco. Votar en blanco es, espero que se me permita esta grosería, "como un pedo en el desierto, nadie se entera, no tiene ningún valor". Vayamos a votar a uno o el otro (usted elige), metamos la pata, pero votemos por alguien. La patria nos lo demanda. Cumplamos con nuestro deber y preciado derecho. Y que Dios y la patria nos demanden.